Tres acontecimientos recientes demuestran que las arremetidas del imperialismo contra los pueblos "poco dóciles" distan mucho de disminuir:
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dió un discurso en la Universidad Bar-Ilan estableciendo las "condiciones" de su país para "aceptar" un estado palestino. En tono irónico, un colega del que esto escribe resumió así el discurso de Netanyahu: "Israel aceptará un estado palestino siempre y cuando éste no intente hacer respetar sus límites, no posea ejército o milicia de ninguna clase, y por supuesto, que no tenga palestinos".
En los comicios del 12 de junio, el pueblo de la República Islámica de Irán reeligió a su presidente Mahmud Ahmadineyad para un nuevo período con más del 62% de los votos. Súbitamente, se produjeron manifestaciones muy bien sincronizadas denunciando un fraude electoral en detrimento del candidato "reformista", Mir Hossein Mousavi. La utilización de medios como los teléfonos celulares, el Internet y símbolos como el de vestir accesorios verdes, destilan cierto aroma a las "revoluciones de colores" que tan eficientemente orquesta agencias supranacionales como la CIA estadounidense.
Durante los días 05 y 06 de junio, se produjo el triste hecho conocido como "la masacre de Bagua" en Perú, en el cual las fuerzas represivas del gobierno de Alan García recibieron la orden de cargar contra una manifestación indígena (con un salado de por lo menos 36 muertos entre ambos bandos), quienes protestaban contra unos polémicos decretos del ejecutivo que regulan el uso y explotación de los recursos hídricos y naturales de la selva, incluidos los recursos gasísticos, petroleros y maderero. García y su partido APRA consideraban estos decretos "indispensables" para la firma de un TLC (Tratado de Libre COmercio) con los EE.UU. y la mayoría de las etnias del Perú que "no son ciudadanos de primera clase" según García, los rechazan como lesivos a sus derechos. Los decretos tuvieron que ser derogados debido a la presión popular. Para variar, Alan García acusó a una "conjura internacional" (Ecuador, Bolivia, Venezuela) de instigar las protestas indígenas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dió un discurso en la Universidad Bar-Ilan estableciendo las "condiciones" de su país para "aceptar" un estado palestino. En tono irónico, un colega del que esto escribe resumió así el discurso de Netanyahu: "Israel aceptará un estado palestino siempre y cuando éste no intente hacer respetar sus límites, no posea ejército o milicia de ninguna clase, y por supuesto, que no tenga palestinos".
En los comicios del 12 de junio, el pueblo de la República Islámica de Irán reeligió a su presidente Mahmud Ahmadineyad para un nuevo período con más del 62% de los votos. Súbitamente, se produjeron manifestaciones muy bien sincronizadas denunciando un fraude electoral en detrimento del candidato "reformista", Mir Hossein Mousavi. La utilización de medios como los teléfonos celulares, el Internet y símbolos como el de vestir accesorios verdes, destilan cierto aroma a las "revoluciones de colores" que tan eficientemente orquesta agencias supranacionales como la CIA estadounidense.
Durante los días 05 y 06 de junio, se produjo el triste hecho conocido como "la masacre de Bagua" en Perú, en el cual las fuerzas represivas del gobierno de Alan García recibieron la orden de cargar contra una manifestación indígena (con un salado de por lo menos 36 muertos entre ambos bandos), quienes protestaban contra unos polémicos decretos del ejecutivo que regulan el uso y explotación de los recursos hídricos y naturales de la selva, incluidos los recursos gasísticos, petroleros y maderero. García y su partido APRA consideraban estos decretos "indispensables" para la firma de un TLC (Tratado de Libre COmercio) con los EE.UU. y la mayoría de las etnias del Perú que "no son ciudadanos de primera clase" según García, los rechazan como lesivos a sus derechos. Los decretos tuvieron que ser derogados debido a la presión popular. Para variar, Alan García acusó a una "conjura internacional" (Ecuador, Bolivia, Venezuela) de instigar las protestas indígenas.
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