jueves, 30 de abril de 2009

El individuo perece solo

Lo que la mayoría de la gente entiende por "libertad" consiste básicamente en que no haya restricción para la compra-venta de mercancías y no se enteren de nada demasiado desagradable a través de los medios comunicacionales. Les basta estar por ahí muy pagados de sí mismos, enchufados a sus iPods y Blackberries sintiéndose seres muy "cool".

Individuos que pasan por ser inteligentes, cuyas conciencias se consideran "solidarias" y "progresistas" porque asisten a conciertos de luminarias del rock "contra el hambre", se suscriben al grupo "contra la matanza de focas" en Facebook y escuchan canciones "de contenido social" siempre que provengan de algún cantor famoso, claro.

Enteradísimos sobre todo lo nuevo, desprecian "lo viejo" que para ellos es todo lo que suene a socialismo verdadero, el libre mercado es su ideal, la desaparición del Estado su utopía. No les importa lo que las mayorías pobres padezcan, lo importantes son los individuos como ellos que son la verdadera inteligencia de la especie. Son los amos de la jungla que ellos mismos han contrubuído a sembrar.

En el fondo son unos nihilistas. Pasan por la vida sabiendo que su accionar cotidiano en el fondo no aporta nada a la evolución del Ser Humano como especie, mueren sin que nunca les haya importado.

Perecen solos, porque únicamente los individuos que se integran a los más altos valores de la especie humana y humildemente contribuyen a su evolución son los que sienten que no han vivido en vano.

El resto es egoísmo y estúpida vanidad.

viernes, 17 de abril de 2009

¿Quién está enfermo, el futbolista Adriano o los demás?

Por Emir Sader.

¿Qué sociedad es ésta que, cuando alguien dice que no era feliz en medio de tanto entrenamiento, tanta presión y plata, tanto viajar, alguien que prefiere regresar a la favela donde nació y creció, comprar cerveza y hamburguesas para todo el mundo y volar cometa, se considera que está psicológicamente enfermo y debe buscar un psiquiatra? ¿Estará demente él o quienes se deslumbran con el dinero, las mujeres, las drogas, la publicidad, los titulares y la venta de imagen? ¿Quién necesita más de ayuda psiquiátrica: Adriano o Ronaldinho Gaucho?

Lo normal es tener, consumir, apropiarse de bienes, vender la imagen propia como mercadería, deslumbrarse con la riqueza, la fama, odiar y rechazar los orígenes, desvincularse de Brasil. Esos parecen “normales”. Anormal es alguien que renuncia a un contrato millonario con un equipo italiano, favorito en el campeonato de allá.

Normal es pertenecer a alguna iglesia estrafalaria, cuya principal pareja de pastores fueron encarcelados por desvío de fondos. Normal es casarse virgen, ser conservador, evangélico, bien portado, responder a todas las solicitudes y firmar todos los contratos. Normal es recibir una propuesta millonaria de un club inglés dirigido por un jeque, permanecer pensándola un buen tiempo, después decidir no firmar y recibir elogios por haber preferido a su club, cuando antes él evaluó, calculadora en la mano, si valía la pena cambiar un contrato millonario por otro.

Se considera desequilibrado mental a quien rechaza un contrato millonario para vivir con bermuda, camiseta y sandalia hawaiana. Le habló a los medios de comunicación de todo el mundo, preparados para las confesiones espectaculares sobre qué había hecho en los tres días que estuvo supuestamente desaparecido (cuando los medios no saben dónde está alguien, está “desaparecido”, se llegó a afirmar que Adriano había muerto), que buscaron presionarlo para que confesara que era un alcohólico y/o adicto a las drogas, encontrar mujeres espectaculares en la jugada.

Habló como un ser humano que simplemente tiene el coraje de renunciar a las cifras millonarias, eventualmente hasta pagar multa por su disolución, decir que “se va a dar un tiempo”, que no era feliz en lo que estaba haciendo, que reencontró esa felicidad en la favela de su infancia, entre sus amigos y su familia.

Este comportamiento debería considerarse humano, normal, equilibrado. Pero en una sociedad en que “no se rasga el dinero”, en que la fama y la plata son los máximos objetivos a alcanzar, ¿quién está enfermo: Adriano o esa sociedad? ¿A quién hay que curar? ¿Quién es normal, quién es feliz?.


Emir Sader
es filósofo, científico político y profesor de la Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ), donde coordina el Laboratorio de Políticas Públicas.

Artículo original: http://www.adital.com.br/Site/noticia.asp?lang=PT&cod=38215

Traducido por Ulises Juárez Polanco (www.juarezpolanco.com) y revisado por Caty R. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

martes, 14 de abril de 2009

Los pueblos también saben

Ayer fue un día de buenas noticias: el presidente boliviano Evo Morales dió por terminada la huelga de hambre que mantenía, ante las pretensiones de la oposición que intentó sabotear desde el Senado la aprobación de la Ley Electoral. Por otro lado, el presidente venezolano Hugo Chávez celebró junto a su pueblo el VII aniversario de la rebelión popular que defendió la Revolución Bolivariana, desmontando un golpe de estado promovido por las fuerzas reaccionarias de ese país.

En ambos casos las élites políticas, económicas y comunicacionales de derecha han tratado de escamotearle al pueblo sus justas reivindicaciones, reiterándose en el error de subestimar lo que consideran una "masa ignorante" que apoya a esos gobiernos de izquierda antidiluvianos. Es que las élites son arrogantes, amparados en su Wall Street, su neoliberalismo, sus postgrados en economía capitalista, sus guerras de cuarta generación... en suma, la tecnología de la ignorancia.

Continúan olvidando que los pueblos también saben y que ese saber es el verdadero, el fundamental, el telúrico, el que solo pueden producir las mentes libres que se saben seres humanos y no una simple estadística.

miércoles, 8 de abril de 2009

Después...

Juan llega a la oficina al día siguiente del golpe de estado perpetrado por la ultraderecha de su país. Su nuevo jefe le notifica que está despedido, simplemente porque empezó a trabajar en una oficina pública durante el "régimen filocomunista" y, por lo tanto, seguramente es uno de ellos. Aunque Juan le hace saber que es apolítico, para el encargado no hay nada más que discutir.

Juan sale a la calle. Trata por largo rato de localizar a su antiguo jefe, un socialista convencido quien siempre lo trató como un amigo. Todas las llamadas serían inútiles, había "desaparecido" durante el golpe. Mucho después se enteraría que su ex-jefe fue torturado durante tres días y luego lo "reventaron". Nadie supo dónde había sido enterrado.

El autoproclamado presidente de la república deroga prácticamente todas las leyes establecidas durante el anterior gobierno de los "izquierdistas retrógrados". La economía nacional se pone bajo la tutela de los organismos de financiación internacionales, quienes rápidamente aplican una serie de medidas de corte neoliberal. La mayoritaria población pobre empieza a protestar ante la inflación rampante, pero es rapidamente reprimida por las autoridades, que posteriormente ejercen un control de hierro sobre los "ghettos".

Lo único que Juan ve en la TV y los periódicos son loas al "nuevo orden" que verdaderamente restablecerá la "verdadera" democracia y prosperidad. Los medios comunicacionales de servicio social tiempo hace que han sido convenientemente silenciados. Nadie dice nada sobre los miles de "desaparecidos", total que la mayoría perteneció al lumpen comunista y ya se sabe que el mejor rojo es el rojo muerto. Nadie comenta nada de esto con Juan, nadie quiere ser visto cerca de alguien que trabajó para el gobierno anterior. Es un "sospechoso".

Los grandes recursos naturales del país se ponen en manos de varias transnacionales, de esas que "sí saben" gerenciar. Todos los servicios públicos son paulatinamente privatizados. El desempleado Juan gasta las suelas de sus zapatos, ya que no puede pagar las altas tarifas del transporte. Se le hace cuesta arriba comer tres veces al día: la buena alimentación es algo que sólo pueden permitirse los "liberales" que hacen sus negocios a la sombra del nuevo orden.

Se establecen el Partido Azul y el Partido Pardo, quienes se alternarán en el poder cada cinco años en elecciones arregladas en que otras organizaciones políticas y sociales deberán conformarse con las migajas que quiera adjudicarle la élite en el poder. Juan se ríe amargamente de la comedia electoral de cada quinquenio ¡siempre son los mismos, ora azules, ora pardos!.

El país se convierte en un hervidero de negociantes, consumidores y centros comerciales. El resto no entra en las estadísticas. A Juan no le permiten el ingreso en un recién inaugurado "mega-mall", porque dizque tiene "mal aspecto". Ahora vive en un "ghetto". Allí se encuentra con la realidad cara a cara, allí no tienen verguenza de ser sus amigos. Juan se da cuenta de todo lo que les fue arrebatado, a él y al pueblo llano que ahora sufre y espera, una vez más.

Pero Juan ya no es apolítico, ya no cree en las máscaras y en las mentiras repetidas como verdades: pronto los oprimidos se levantarán para reclamar lo que les fue arrebatado otrora y que ahora quieren de vuelta para jamás perderlo de nuevo. Juan comparte el sueño y ahora grita.

Ahora a Juan lo verán luchando con la alegría de los que tienen la razón.

jueves, 2 de abril de 2009

De misses y marines

¿Qué se puede esperar de un mundo en las "reinas de belleza" consideran la base estadounidense en Guantánamo como un lugar "hermoso" y "tranquilo"? Hace dos días trascendió a los medios los comentarios de la Miss Universe 2008, la venezolana Dayana Mendoza, sobre su visita a la tristemente célebre base naval estadounidense en territorio cubano, en la que se han cometido y se siguen cometiendo violaciones a los DD.HH. de las personas que han tenido la desgracia de ser confinados allí.

Supongo que la presencia de rubios y fornidos marines obnubilaron la capacidad de raciocinio de la señorita belleza visitante, quien solo tiene elogios al "relajante" ambiente que se respira en esos lados. Así es la ignorancia, hermanos, todavía hay gente que canjea su alma por espejitos.

Afortunadamente ella no representa la inteligencia de la mayoría de los habitantes de su país de origen, que han hecho de la dignidad su bandera.

La noticia reseñada por La Jornada aquí.